miércoles, 20 de marzo de 2013

Martín-Buitrago.



Estaba confundido. Pero no era...


A veces con las imágenes, siempre tomadas de Internet, soy atrevido ¡Mis disculpas a quien le puedan molestar! (Si alguna de las imágenes infringe o vulnera la privacidad o los derechos de autor, ruego que os pongáis en contacto conmigo para retirarla inmediatamente). Lo que trato es de llamar la atención hacia el blog, por cualquier medio, bajo cualquier circunstancia. Imito a Dalí, que los escaparates de una joyería de las más importantes de Nueva York, los llenó de jamones, y alguna joya. Una manera de solicitaros vuestra parada, de procurar vuestra atención, y que con recurso tan discordante aprovechéis a ver los apellidos. Mi trabajo me cuesta hacerlos. Alguien, sin idea, señala que tendría que poner en un blog de apellidos, el blasón de la familia. Y reitero que es eso, de la familia, no del apellido, pues este no tiene escudo, PERO SI ORIGEN. 


Cuéntalo a tus amigos para que sepan donde pueden encontrar el origen de su apellido. Y aunque creas (o crea) que el que tiene/s solo es el s/tuyo y el de s/tu familia, solicítalo de igual manera en cualquiera de los “comentarios” de este blog. ¡Una aclaración! Los datos aquí expuestos, fidedignos, son una parte de las referencias que tengo y que, entre otras cosas, no les puedo facilitar donde se han obtenido, por formar parte del patrimonio de la librería EyP; siendo ellos los “sabedores” del valor de dicha información y a quienes, o donde,  se puede consultar sobre la misma. Otro dato importante se refiere a que la prodigalidad de apellidos no nos permite entrar en genealogías individuales. Quiere esto decir que “nunca”, “nunca” vamos a acometer el estudio profundo de la familia de un apellido (abuelos, bisabuelos, etc.), para ello hay otros expertos genealogistas. En la librería EyP si se harán precisos árboles genealógicos, escrupulosos escudos, perfectos dosieres  familiares (en imitación de papel pergamino), pero siempre con sus propios datos, o la información proporcionada por nosotros a partir de sus observaciones. Así y todo, me enorgullezco de saber “algo” de 302.100 apellidos hispanos y de decir aquí una pequeña parte, incluyendo aquellos apellidos considerados “raros” o de difícil localización.

Quiero que quede claro que yo trato de poner lo más estricto sobre el origen del apellido, cualquier apellido, y EyP son los expertos en estudiar el verdadero origen y significado del mismo. En un breve informe de un folio, bellamente ilustrado, describen su origen, y los lugares donde se encontró, personajes ilustres y quienes lo llevaron a lo largo de los tiempos, bien sean nobles o no, pues opinan que no todos cuantos lo utilizan pertenecen a la nobleza. En ese pequeño dossier se incluye un blasón utilizado por alguno de los miembros de ese apellido, aunque, insistimos, el escudo pertenece a una familia concreta y sus descendientes directos. Además, si en lo que estás interesado, es en una exposición más completa, ellos te la darán impresa sobre papel pergamino. Y lo mismo te facilitan un árbol genealógico o tu propio blasón, que también lo pueden crear, aunque posteriormente haya que pasarlo por el notario, al no existir Rey de Armas, para que de Fe del mismo, y nadie te lo pueda copiar. Insisto, son ellos y no yo. Lo que a mi si me atañe es que os haya podido AYUDAR y AGRADAR.



Martín – Buitrago
José María Clemente Martín-Buitrago.
Extendido por toda la península y por América, de tal manera, que muchas familias al querer distinguir su apellido de otros, tan generalizado estaba ya el Martín, que adoptaron el recurso de añadir un topónimo o un nombre diferenciador, y de ahí los múltiples apellidos compuestos, que se dan generalmente en el siglo XVIII.

Podemos pensar que este sobrenombre nació en Malagón, en Ciudad Real, y que posiblemente años más tarde pasarían a Herencia, en la misma provincia, donde el apellido ha tenido diversas incidencias.

Miembros de esta familia se encuentran en la provincia de Lugo. Otros de ellos han pasado a Colombia y Guatemala.


Y es que está el mundo al revés.

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