lunes, 25 de febrero de 2013

Pulgar y Farias.




Mami, mami, la falda.

A veces con las imágenes, siempre tomadas de Internet, soy atrevido ¡Mis disculpas a quien le puedan molestar! Pero trato de llamar la atención hacia el blog, por cualquier medio, bajo cualquier circunstancia. Imito a Dalí, que los escaparates de una joyería de las más importantes de Nueva York, los llenó de jamones, y alguna joya. Una manera de solicitaros vuestra parada, de procurar vuestra atención, y así aprovechéis a ver los apellidos. Mi trabajo me cuesta hacerlos. Alguien, sin idea, señala que tendría que poner en un blog de apellidos, el blasón de la familia. Y reitero que es eso, de la familia, no del apellido, pues este no tiene escudo, PERO SI ORIGEN. 


Cuéntalo a tus amigos para que sepan donde pueden encontrar el origen de su apellido. Y aunque creas (o crea) que el que tiene/s solo es el s/tuyo y el de s/tu familia, solicítalo de igual manera en cualquiera de los “comentarios” de este blog. ¡Una aclaración! Los datos aquí expuestos, fidedignos, son una parte de los que tengo, y entre otras cosas no les puedo facilitar donde se han obtenido, por formar parte del patrimonio de la librería EyP; siendo ellos los “sabedores” del valor de dicha información y a quienes se puede consultar sobre la misma. Otro dato importante se refiere a que la prodigalidad de apellidos no nos permite entrar en genealogías individuales. Quiere esto decir que “nunca”, “nunca” vamos a acometer el estudio profundo de la familia de un apellido, para ello hay otros expertos genealogistas. En la librería EyP si se harán precisos árboles genealógicos, escrupulosos escudos, perfectos dosieres  familiares (en imitación de papel pergamino), pero siempre con sus propios datos, o la información proporcionada por nosotros a partir de sus observaciones. Así y todo, me enorgullezco de saber “algo” de 300.000 apellidos hispanos y de decir aquí una pequeña parte, incluyendo aquellos apellidos considerados de difícil localización.


Ponce
El solar de este antiguo y noble linaje radicó en la hoy parroquia de Santa María de Telledo, que pertenece al concejo de Pola de Lena y partido judicial de Lena, en Asturias. A esta familia se le ha conocido indistintamente como Pulgar o Pérez del Pulgar, habiendo, muchos de ellos, quitado el patronímico.
Fernando del Pulgar fue cronista de Juan II y de
su hijo Enrique IV. Y de los Reyes Católicos.

Salieron de este solar las ramas que pasaron a Castilla y Andalucía, así como al resto de España, dando insignes varones que ilustraron con sus hazañas la Historia de la nación.

Unos versos de Calderón de la Barca atañe a este apellido: “Si a un padre un hijo querido / a la guerra se le va / para el camino le da / un don y un buen apellido / el que Ponce se ha llamado / se añade luego León…

En principios del siglo XIV era Señor de la casa solar asturiana Pedro del Pulgar, que casó y tuvo varios hijos. Era uno de ellos Fernando del Pulgar, Doncel del Rey Juan I de Castilla, que se unió en matrimonio con María de Cienfuegos, de noble familia de Asturias.





Farias
Aun teniendo datos suficientes para hablar de esta noble familia, de los Farias, no nos queda mas remedio que decir que es una pluralización del linaje de los Faria, antiguos moradores en España con antecedentes de tiempo de los romanos (según leyenda sin poderse confirmar), por lo que al parecer se encuentran repartidos por toda España, aunque especialmente por Andalucía.

Por su gran difusión y lustre, que eso no vamos a negarlo, este apellido también fue escogido por familias judeoconversas que trataban de ocultar su condición, según se ha podido documentar a través de diversos documentos.

A “Indias” viajaron a Cuba, Santo Domingo o Puerto Rico, marchando a este último lugar acompañando a Cristóbal Colón en su cuarto viaje.



Papá, papá, me falta una zapatilla. ¿La has visto?

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